BLANQUEAMIENTO DENTAL

El blanqueamiento dental es un tratamiento cuyo objetivo es aclarar el color de los dientes, eliminando las manchas y la decoloración. Es el tratamiento estético más habitual, simple y demandado.

El blanqueamiento es más efectivo sobre las manchas externas o superficiales. Para mantener el color más brillante, el tratamiento debe repetirse eventualmente, ya que no es un tratamiento que se realice una sola vez.

Algunos hábitos pueden provocar que el blanqueamiento sea menos estable y duradero en el tiempo, como son el tabaco o el consumo de alimentos y bebidas con colorantes.

Si se evitan estos hábitos perjudiciales y se sigue el mantenimiento recomendado por los especialistas, es posible que no se necesite otro tratamiento de blanqueamiento en los siguientes 10-12 meses.

¿Qué tipos de blanqueamiento existen?

  • Blanqueamiento en dientes vitales

Es el procedimiento más habitual de blanqueamiento dental. Se realiza aplicando un gel directamente sobre la superficie del diente y es un tratamiento que se puede realizar tanto en consulta como en casa mediante el uso de unas férulas personalizadas.

El gel que se utiliza contiene peróxido de hidrógeno o de carbamida, y se puede aplicar con más efectividad en la clínica dental, ya que el porcentaje de producto es más elevado y permite que el blanqueamiento actúe más rápido y sea más efectivo.

El tratamiento de blanqueamiento en dientes vitales en consulta suele durar de 30 a 90 minutos y se realiza en varias sesiones. La cantidad de citas dependerá del método utilizado, la intensidad de las manchas y del nivel de blanqueamiento que se desee conseguir.

  • Blanqueamiento en dientes no vitales (blanqueamiento interno)

Este tratamiento consiste en blanquear los dientes desvitalizados desde el interior. Para poder realizar esta técnica, es imprescindible que ese diente tenga un tratamiento de conductos(endodoncia) previo en perfecto estado.

Se coloca un producto blanqueador el cual, mediante oxidación, va aclarando el diente hasta recuperar el color natural.

Se trata de un proceso progresivo que puede necesitar de varias visitas, en las que se irá cambiando el agente blanqueador, hasta conseguir el tono deseado.